Tras cuatro jornadas del basqueFEST y ya en la rutina diaria habitual, en ZePolitte! damos nuestro punto de vista de cómo hemos visto el evento, sus aportaciones al ambiente de Bilbo y las expectativas que nos ha creado.
Visibilidad
Hace poco más de mes y medio desde que nos hemos lanzado a la piscina pero ya llevamos casi un año dando forma a ZePolitte! Lo más fácil ya lo hemos hecho, ahora nos toca asomar la cabeza dando a conocer nuestra marca.
“Pues no conocía ésta marca” observó Iker Morán de QueSabesDe.com cuando se acercó al stand. Bendito Iker por dirigir el dedo en la dirección hacia la cual tenemos que mirar: Promoción, darnos a conocer, regalarle a Olasagasti la camiseta de su mentor Keixeta… esas pequeñas -grandes- cosas que hacen que una marca pase de ser conocida por tu primo a que a la gente le empiece a sonar.
Al respecto, el basqueFEST para nosotros ha sido una oportunidad que no podíamos dejar escapar para por primera vez dar el salto al mundo real y explicar a la gente que se nos acercaba a qué nos dedicamos en ZePolitte!
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No participamos en la edición del año pasado pero nos quedó claro que si teníamos que hacer alguna incursión en el MundoReal™ había que empezar por el basqueFEST. Por cercanía, ambiente, feeling, temática… vamos, que nos gustó lo que vimos del año pasado y sentíamos que era un buen lugar para empezar a dar a conocer al mundo mundial nuestro proyecto.
A la buena de Dios
Hemos ido al basqueFEST sin saber muy bien con qué nos encontraríamos en lo que respecta al público objetivo y ni qué aceptación tendrían nuestras camisetas, “A ver qué pasa” nos dijimos.
Hemos vuelto a casa muy contentos con la aceptación de la gente y con nuevas propuestas para futuras tiradas: “¿De remo no teneis ninguna?”; “¿De txitularis no teneis? Es que todos mis sobrinos son txitularis…; “Deberíais de sacar pueblos y lugares…” Ideas y propuestas que nos las apuntamos todas en el cuaderno para futuro estudio.
Bilbo parece que empieza a revivir
Estando metidos en el mercado de la Ribera nueve horas no te da posibilidad de ver qué tal anda Bilbo de visitantes. La única oportunidad que teníamos era cuando tras bajar la persiana del mercado tomábamos algún cacharro en algún bareto de las Siete Calles.
Por lo que vimos, la animación y el barullo en las Siete Calles eran contínuos y la implicación de un buen porrón de bares le daban un plus a las calles que ya lo podían haber tenído hace diez años. Siendo giputxi quien escribe ésta entrada, da la impresión de que el meneo que está experimentando Bilbo en los últimos tiempos le está comiendo la tostada a Donostia.
Resumiendo.
Experiencia para ZePolitte! muy positiva y ante todo necesaria para unos recien aterrizados como nosotros en éste mundo.
Si el año que viene se celebra el basqueFEST, ¡repetimos fijo!
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Utzi iruzkina